A principios de los años 70 cuando el famoso fabricante francés de queso Jean-Noel Bongrain decidió que era hora de llevar su pasión y habilidad por el queso francés especial a los Estados Unidos. Al elegir las colinas de Lancaster, Pensilvania, como su nuevo hogar estadounidense, la compañía se embarcó en la creación de una nueva línea de quesos especiales y originales, uno que combinaría recetas francesas tradicionales con sabores adecuados para los Estados Unidos. En 1974, nació el queso para untar Alouette. Gracias a su textura suave y aterciopelada y a la combinación única de sabores frescos, dos características que definirían la marca, fue un éxito instantáneo.